[CINÉFILO PROMEDIO] «La sombra del poder» – (State of play)

Pulcra intriga.

Pulcra intriga.

Como la versión cinematográfica de una miniserie de la BBC, ‘State of Play’ (2009) llegó a los cines con un potente elenco para hacer justicia a una trama con el sello del guionista Tony Gilroy (El abogado del diablo, saga Bourne) en un thriller político intrincado y con constantes giros.

Aunque este estilo suele exasperar a unos mientras hace la delicia de otros, se trata de intriga al estilo de la vieja escuela incluso con guiños a otras épocas (grabadoras grandes, tonos sombríos, clichés de una sala de redacción, etc), donde hay terreno fértil para que actores como Russel Crowe o Hellen Mirren puedan hacer los papeles que pareciera más les gustan. Aún así, queda el gusto a poco, una suerte de deuda por presenciar algo más donde los involucrados se ensuciaran las manos, pues la historia lo amerita pero no lo muestra.

En el romántico viaje por conocer la verdad apenas provisto de una libreta de notas, el periodismo de investigación enfrentando a los vicios de la política nuevamente resulta atractivo, más aún con ciertos conflictos de interés personales. Lo que incomoda es que ‘State of play’ desaprovecha las locaciones para darle realismo al misterio, quizás por el hecho de ser pensada originalmente para Reino Unido, pero marca una distancia que la aleja del imaginario y le resta credibilidad.

Para una historia que pasa las dos horas no rellena mayormente. Resulta grato saber que contiene muchas incidencias en juego y aunque algunas son predecibles esta constante alerta puede agotar a varios. Si bien se atribuye méritos a cada instante, ejemplificando situaciones como el manejo de la información y trasfondos políticos, por alguna razón, atrapa pero no encanta, entretiene pero no fascina.

Es posiblemente esa pulcritud anteriormente mencionada, del cuidado de los roles y la poca sorpresa que presenta cada personaje, desde el comienzo hasta el final de la película y su poca evolución, la que le juega en contra. Más cuando Ben Affleck nunca se ve cómodo en su rol y eso pesa demasiado para compensar la falta de un golpe, un impacto visual que estremezca.

Traducida como ‘La sombra del poder’, el film es aceptable y nostálgico del buen periodismo, una profesión en muchos países -como Chile- a la baja debido a la aglutinación de los medios por parte de grandes grupos económicos. Algo que tímidamente se insinúa aquí y en otras cintas. Ese es un gran tema.

4Aceptable. Un buen thriller político-periodístico que sin embargo ‘no se saca los guantes’. 

🙂