Oda a la madurez.
Una cinta con tonos de comedia pero de tono maduro es «Sobran las palabras» (2013), que nos marca principalmente por el legado póstumo de James Gandolfini, nuestro soprano favorito, quien antes de partir dejó esta obra fílmica para nosotros.
Con las metidas de pata tan características de Julia Louis-Dreyfus, y que replica desde los sitcom a la pantalla grande, estamos ante una película que habla desde lo adulto, de la madurez de la segunda edad y por ende con dedicación amplía a este segmento, dándose el lujo cliché de sutilmente caricaturizar la visión que los más ‘viejos’ tienen de los jóvenes.
Una hora y media de film en plan de historia cotidiana, agradable y liviana que aunque predecible, no se hace incómoda ni molesta por situaciones creadas o forzadas. Tampoco nos deja con gusto a poco, si no que nos convence que en su justa medida se puede ser asertivo y a la vez entregar un mensaje, dejar algo en el espectador.
Es cierto que Louis-Dreyfus no se desgasta entregándonos un personaje nuevo, si no más reitera lo que conocemos que sabe hacer, pero Gandolfini convence mucho con perfil en la cinta, con aire compasivo, de humor indescifrable y sagaz. No puede obviarse la pena por su temprana partida.
Aunque el guión pueda ser algo simple, cada palabra utilizada del libreto es buena y si la complementamos con lo que finalmente se da en escena, obtenemos como resultado una buena película; no deslumbrante, memorable ni única en su tipo, pero un film interesante, inteligente y que ofrece y requiere madurez para apreciarla en su contenido.
Un bello réquiem para la carrera actoral de un grande, de modo sencillo -demasiado quizás- pero bien logrado. Una película recomendable.
Buena. Una propuesta sencilla, madura y a la vez ligera.
😀
EL CITÉ DE BUYINSKI 