[CINE PRÁCTICO] «El maestro del dinero»

Ni monstruo ni maestro

Como si fuera un déja vú de otras películas que hemos visto antes mezcladas en un cóctel, llega esta cinta medianamente recomendable, pero donde las miradas se posan -equivocadamente- en los secundarios mientras el protagónico es mancillado por la trama, la dirección y el casting. Un vacío que no puede dejarnos conformes a la hora de la evaluación.

Si bien «El maestro del dinero» (2016) por su trasfondo recuerda a muchas otras: desde «Cabezas huecas -Airheads- (1994), «El cuarto poder» -Mad city- (1997) a «El informante» -The insider- (1999), «John Q» (2002) o «El plan perfecto» (2006), por nombrar algunas, donde también se ve la relación entre incidentes armados, medios de comunicación y la falta de escrúpulos desde alguna parte anexa, dando pie previsiblemente a una complicidad extraña entre personajes que se traspasa, con mayor o menor éxito, al espectador, y esta no es la excepción.

Si es o no un remake asiático, es una pesudo polémica que en realidad al público general no le interesa para nada. Sí en cambio, le será útil conocer que ni la traducción de «Maestro del dinero» o la original de «Monster of money» le hacen justicia a la película. También es mejor enfocarse en el desarrollo mismo -con varios momentos de buen vértigo- que en el desenlace donde no se hace mucho amago por evitarnos los clichés.

En poco más de hora y media, Jodie Foster como directora mete un par de hits pero igual queda gusto a poco. Principalmente porque intenta darle toques de fondo, de discusión y reflexión a una película que pintaba mejor por el ala del thriller de suspenso y finalmente, las medias tintas dejan un cierto sentido de vacío. Fome no es, pero tampoco deja nada siquiera medianamente memorable. Si hubieran querido darle más crédito al trasfondo no eran necesarias las estrellas robándose el protagonismo por sobre la historia.

Para sumar, su duración, unos buenos momentos de intriga, la dupla Roberts-Clooney que si bien actúa como si fuera otra película suele ser un agrado verlos y por qué no, también aceptar la invitación de Foster sobre la indiferencia y lo descarnado del mundo de hoy, independiente de lo evidente que esto aparece más acentuado en el mundo de las finanzas.

Recomendación: Regular a aceptable. Una película que pudo ser mejor enfocada en su estructura pero cuya reflexión -lograda a medias- es válida.

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[CINE PRÁCTICO] «Tomorrowland»

Mejor otro día.

Con todo la parafernalia de «Tomorrowland» (2015) y su innegable factor familiar de Disney, mezclando fantasía y entretención, aunque cuente con George Clooney a su favor, esta película no termina de llenar el gusto.

Tiene sus momentos, un desarrollo visual de producción enorme, una estética minuciosa y exquisita, pero su comienzo algo torpe no alcanza a ser cubierto por algunas dosis de humor para enganchar a verla con real interés.

«Tomorrowland» puede hacerse un poquito larga con más de dos horas en escena y resulta mezquina en el citado humor familiar así como en la intriga. También deja perplejo ver cómo resuelve algunos cabos y antagonismos, sin mayores explicaciones y dejando su comprensión a medias.

Quizás dentro de lo que más causa ruido en esta propuesta es su mezcla extraña de complejidad en producción, efectos, terminología pero a la vez una simpleza preocupante en ciertas decisiones de dirección, historia y que dejan un sinsabor a la hora del balance.

Finalmente, vemos la historia pero dudamos si comprarla o no, ya que en lo medular, no encontramos la moraleja o el objetivo bien definido, algo raro en Disney.

Recomendación: Débil. Resulta sosa para los recursos que invierte y el tiempo que utiliza del espectador.

[CINE PRÁCTICO] «Michael Clayton»

Juego de sombras.

Aunque despega de forma poco ortodoxa, «Michael Clayton» (2007) y su historia de intrigas logra posteriormente enmendar el rumbo y concluye de forma bastante elegante para lo que se espera de ella, aún así está lejos de deslumbrar.

Si bien el «boca a boca» y las críticas le son favorables, diera la impresión que las loas unidas pudieron ser más y escalar a lo magistral con algo más de ambición, pero tratándose del primer gran resultado como realizador de un connotado guionista como Tony Gilroy, el examen queda más que aprobado.

George Clooney le da toda la neutralidad y angustia permanente a un personaje protagónico cuya cautela es el sello del film, mientras Tilda Swinton se desenvuelve en uno de sus roles hechos a su medida y que le hemos visto en innumerables ocasiones, por lo que el Oscar es «parte de» su sello.

Es un mérito que la película parezca más breve de las dos horas que dura y en parte es por la apuesta por los incógnitos, los enigmas y la decantación de una historia donde el eje protagónico no acaba de situarse hasta bien avanzada la trama. Un riesgo del que «Michael Clayton» sale bien parada ubicándose entre interesante y buena.

Estamos ante un film que da pero que también exige de parte del espectador atención, paciencia y concentración. Muchos podrán tirar la toalla temprano y el cine actual nos acostumbra más a lo desechable, pero si mantiene la fe podrá ver resultados al menos, dignos de verse.

Muy interesante a buena. Un thriller con algunas irregularidades pero que tras cocinarse a fuego lento deja buen sabor.

❗

[CINE PRÁCTICO] «El americano» – (El ocaso de un asesino)

Crónica de una muerte anunciada.

No es nuevo que el director Anton Corbjin haga films de intrigas que se desarrollan de forma poco convencional y acaban de una manera menos prevista aún. De hecho, los perfiles de asesinos, espías y otros sólo son denominativos para retratar historias que con su sello buscan salirse de los clichés del género.

En «The american» (2010) traducida como «El americano» o «El ocaso de un asesino», los seguidores de George Clooney podrán ver al actor en facetas en las cuales no suele mostrarse, mezclando rudeza y mucho trauma, mientras una serie de secundarios donde destacan bellas chicas, giran a su alrededor en paisajes de ensueño que contrastan con la cinta misma.

No cabe duda que la novela puede presentar una visión más atractiva que el film en cuestión aunque es igualmente válido agregar que hay fanáticos de tramas más pausadas, contenidas, reflexivas y las prefieren por sobre los grandes tiroteos y persecuciones. Si ese es el caso, acá tiene una imperdible. Si por el contrario espera adrenalínicas secuencias de acción, mejor olvídelo.

«The american» es enigmática; o te deja un gusto soso de no saber qué quiso expresarse al filmarla o te fascina por el carisma del protagónico pero sobretodo, por su estilo. Del resto todo es interpretable, pero puede resumirse como un cóctel espeso de buenos momentos y constante limbo. Quizá por hacerla «más real» terminó siendo «menos película» de lo que esperábamos.

Regular. Bien rodada y con buenos ingredientes, pero carente de resultados concretos.

[CINE PRÁCTICO] «Up in the air»

Escala humana.

Con buen ritmo, una historia singular y el siempre carismático George Clooney, «Up in the air» (2009) es una llevadera fábula a escala humana, contemporánea y que sin ser la panacea pone interesantes reflexiones en el tapete durante su transcurso y conclusión.

La cinta se basa en el propósito de las cosas, quizás para públicos desde los 25 años en adelante, qué saben de la profundidad de los afectos y la relación con los empleos y el sentido de pertenencia a los lugares.

Está traducida insulsamente en español como «Amor sin escalas», lo cual está bastante lejos de los fines de la película, que nos hablan de lealtad, de estilos de vida disimiles, de poco más de hora y media con aires de trip movie o película de viaje, pero donde lo esencial pasa casi sin querer en diálogos casuales pero de bastante simbolismos.

Jason Reitman consigue un producto aceptable en la adaptación de una novela de aviones, de viajes internos y externos, volviéndola por pasajes en comedia dramática pero con una atmósfera especial que no encasilla en géneros en específico.

Trotamunda, «Up in the air» diera la impresión que con poco logra mucho, pero lo cierto es que todos los recursos que emplea no son menores, tanto en el elenco como en minimalismo cinematográfico. Lastimosamente por su sentido «aterrizado», emotivo y casi casual, está condenada a ser opacada por grandes producciones pero será una joya para quienes tengan la fortuna de descubrirla entre las ofertas del mercado.

Muy buena. Entre itinerarios aeronáuticos, su escala más importante es la humana.

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[CINÉFILO PROMEDIO] «Buenas noches, buena suerte»

Deleite de periodismo y cine.

Películas que abordan con pulcritud y estilo el quehacer de un medio de comunicación son pocas. Y es que por más que las personas consuman cotidianamente información de estas fuentes, a la hora de entretenerse en la pantalla grande, las alternativas son otras.

George Clooney desde hace rato viene erigiéndose como un director con estilo propio y si bien sus cintas pueden no generar un movimiento de masas hacia las taquillas de los cines, suelen dejar más comentarios positivos que negativos sobre las historias que se propone contar. Su espíritu parece ser aquel de establecer que lo ocurrido en las películas generalmente se diferencia de la realidad, con menos glamour y menos redondez en ocasiones que a veces se torna en una ingratitud hacia quienes no lo merecen.

La vida no es justa y abordar ejemplos de ello es parte de lo que interpreta sobriamente David Strathairn, en el rol del periodista de la CBS Edward R. Murrow. Puede que al resto del mundo este nombre no le diga mucho, pero es una institución del periodismo norteamericano. Lo que hoy nos parece fuera de lugar en una época tuvo ribetes inquisidores y en esa labor Clooney rescata una historia favorecida con el cambio de los tiempos y reivindicatoria de la figura del legendario presentador.

Como toda buena narración el antagonista es un hueso duro de roer; el senador conservador Joseph McCarthy con quien el periodista tuvo recordados enfrentamientos, representa la intransigencia y la paranoia que parte de la clase política y de organismos de seguridad estadounidenses aún mantienen frente al resto del mundo, incluidos los llamados aliados.

Con una estética destacable (demasiado limpia para algunos), interpretaciones sobrias y movimientos de cámara íntimos, «Good night, good luck» es un alto necesario, referencial y reivindicatorio hacia los medios de comunicación. Otros films como «The Insider» (1999) recuerdan que problemáticas de este tipo persisten hasta hoy y aunque intentemos evocar la ética y el romanticismo en el ejercicio de la profesión, lo cierto es que un concierto de voces a nuestra espalda nos exigen remar en otra dirección.

Se trata de una cinta que atrapa más a quienes tienen relación con política o con medios. En el resto el aire de blanco y negro y la excelsa pulcritud puede generar languidez y distancia, no obstante es una película inteligente, centrada y más necesaria de lo que se piensa. Lamentable que sean pocos los films de este tipo… a buena hora que encontrarlos sea como hallar un tesoro.

 Un acierto reivindicatorio y difusor de una figura periodística legendaria. Bien por Clooney, por el buen periodismo y el cine.

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